Artículo publicado en el periódico LA PROVINCIA/DLP con fecha 22 de Marzo de 2016
Nuestro puerto se halla ante una disyuntiva que repercutirá en nuestra ciudad de una forma traumáticamente histórica si no se resuelve con inteligencia.
La idea de colocar un taller-astillero para megayates junto al acuario en los muelles de El Refugio y Pesquero dará al traste con la pretendida conexión Puerto-Ciudad, pues sería la peor conexión imaginable pervirtiendo torpemente las extraordinarias posibilidades del Istmo.
El razonamiento de que Palma de Mallorca y Barcelona lo tienen no es excusa ni razón para colocarlo en el Istmo porque en Gran Canaria los aventajamos en condiciones y podemos evitarlo. No tenemos que cometer los mismos errores que otros.
Con un vistazo en Google a estos dos puertos resalta sobremanera que,
1.- En Palma de Mallorca, La antiestética marina seca y varaderos es tremendamente grande y desproporcionada en comparación al resto de la ciudad. Si no existiese tal explanada el paisaje de su bahía ganaría en gran manera. No pensaron o no tuvieron otro sitio donde colocarla.
2.-En Barcelona, el canal de navegación para entrar en ella es de 140 metros de ancho alternado con buques de gran tonelaje.
En Gran Canaria gozamos de la gran ventaja de poder trasladar esos talleres- astilleros al puerto industrial de Arinaga donde hay sitio suficiente para su desarrollo desahogado y lo que es más importante la cuenta de resultados de ese puerto por fin daría números positivos. Hoy no los da. Sería pura estrategia comercial como dato añadido de no poca importancia.
Con ese traslado nos quedan libres dos muelles como son El Refugio y el Pesquero a los que hay que darle uso portuario y el desafío de crear un entorno agradable que complemente La Estación de Cruceros, El Acuario y la conexión con la Ciudad.
La solución parece estar en darle uso como la deseada ampliación del muelle deportivo.
Ahí se pueden colocar las embarcaciones deportivas de estancia prolongada que son la mayoría que hoy ocupan el actual muelle. Su tráfico es mínimo y normalmente no coinciden con la entrada o salida de los cruceros que se producen a primera hora de la mañana y últimas horas de la noche. Su canal de maniobra es de 350 metros en la parte más ancha y la misma que Barcelona en la parte más estrecha.
Con esos barcos atracados en esos muelles se establecería un paisaje de ensueño acorde con Las Canteras anexa y punto de partida para la recuperación de toda la zona circundante hoy deteriorada.
Para una embarcación de este tipo, trasladarse desde su atraque en el Istmo a Arinaga para repararse es insignificante, de hecho cuentan como sus futuros clientes los que atraviesan el Atlántico.
La otra opción de colocar en el Istmo un taller – astillero es catastrófica, la antiestética marina seca, barcos sujetos con burras, sopletes, lijas, grúas, fosos, railes y naves industriales y todas las maniobras propias de un taller son totalmente incompatibles con lo que nos han hablado de idílica conexión puerto-ciudad.
Llevamos décadas desalojando el istmo de almacenes, talleres, cocheras y también astilleros.
Es irracional que ahora que lo tenemos expedito y presto a ser una de las mejores zonas de la ciudad vengan con actitud ciega a colocar unos astilleros que hace años quitamos de allí porque estorbaban entre otras cosas el desarrollo urbano.
Este proceder denota ostensiblemente que las autoridades implicadas no han captado el extraordinario porvenir de ese enclave y exige un replanteamiento con más rigor y benefactor para Las Palmas de Gran Canaria.
Por otra parte el que se plantee como opción colocar un aparcamiento en superficie en el muelle Sanapú para aparcar unos coches que tendrían que tener vetada la entrada en un Sanapú peatonal denota un estilo francamente preocupante de salir del paso.
Esa zona es la parte más estrecha de la ciudad con gran porvenir, no se puede dilapidar de esa forma incongruente un terreno tan escaso y tan valioso.
La vecindad antinatural de un Acuario de ocio ciudadano, una estación de Cruceros por donde paseará el turista ávido de paisaje e imponerles un taller-astillero de barcos es un despropósito de tal envergadura que se hace imprescindible el replanteamiento y rendición de responsabilidades de todo este planteamiento.
Temiéndome esto puse una alegación en noviembre de 2013 a este desatino y ésta fue aceptada parcialmente, pues se evidenció daño en impacto ambiental y paisajístico, debido a ello las firmas optantes a este astillero han de presentar un proyecto más detallado, pero anticipaba la muy difícil eliminación de efectos adversos.
Ruego a las autoridades incursas en este embrollo que se replanteen todo esto de nuevo en beneficio de todos porque todos saldríamos ganando con la opción Arinaga.
En Arinaga, la Autoridad Portuaria cobraría sus tasas y ese puerto tendría números positivos.
En Arinaga, los optantes trabajarían con más libertad y espacio siendo un puerto industrial
Y en Arinaga, la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria ganaría un impulso de desarrollo con unas posibilidades fuera de lo común en un Istmo abierto al ciudadano.
Tenerife está construyendo el puerto de Granadilla para dedicarlo a las actividades más molestas y dejar Santa Cruz más habitable y turísticamente más confortable.
Bilbao se reconvirtió de oscura ciudad industrial a atractiva ciudad turística liberando antiguos espacios fabriles hoy ganados a la ciudadanía.
¿Cómo vamos nosotros a ir en un suicida sentido contrario teniendo Las Canteras como vecina?
El Puerto de la Luz relanzó a la Ciudad de Las Palmas de Gran Canaria y le dio vida en el aspecto comercial, turístico e intercambio cosmopolita de ideas, y así ha de seguir siéndolo.
Pero si en el aspecto industrial acomete actividades que la ciudad no pueda digerir y la degradan, como unos talleres–astilleros en el istmo, o la abortada y fatal incineradora de biomasa, entonces, acabará matándola.
¡El proyecto de biomasa aún no ha sido derogado por el Gobierno Canario!
¡DOS informes sanitarios la rechazan categóricamente por riesgo sanitario!
¡Por si fuera poco es inasumible paisajísticamente!
Libre de talleres, el muelle de El Refugio podría contener espacios ajardinados con paseos ciudadanos y establecimientos hosteleros de todo tipo, pero sobretodo un tributo a los hombres que engrandecieron el puerto de la Luz y nuestra ciudad. Sería la creación del Pabellón de Grancanarios Ilustres que haría un correlato breve de sus biografías y traslucirían de esa manera nuestra historia y el ciudadano aprenderá a amarla.
Nuestra ciudad y el puerto se hicieron con el esfuerzo, tesón y entrega generosa de muchos grancanarios que las generaciones actuales deben conocer y valorar su ejemplo.
Sería una muestra para ciudadanos de todas las edades, pero principalmente de los escolares y estudiantes que conocerían que hubo detrás de cada uno de esos nombres que suenan al oído, pero de ellos no saben nada.
Es urgente un replanteamiento de todo este despropósito que parece ideado para destrozar la ciudad y el Istmo.
Habría que completar la lista con la reseña de personajes y compañías extranjeras que sin su participación esta historia no hubiese sido posible, tales fueron:
Tomas Miller, Alfred L. Jones, Hamilton, Blandy, Leacock, Elder Dempster, Woermann, Fyffes…
Y grancanarios como:
______________________________________________ 1800 – 1825
Salvador González de Torres y Real 1801 – 1862
Domingo J. Navarro y Pastrana 1803 – 1896
Agustín del Castillo Bethencourt 1805-1870
Domingo Déniz Crech 1808 – 1877
Sebastián Suárez Naranjo 1808 – 1882
Manuel de León y Falcón. 1812 – 1886
M Juan Evangelista Doreste 1814 – 1851
Cayetano de Lugo y Eduardo 1817 – 1897
Antonio López Botas 1818 – 1888
Cristóbal del Castillo y Manrique de Lara 1819 -1871
________________________________________________ 1825- 1850
Juan Padilla Padilla 1826 – 1891
Juan Mª de León y Joven 1828 – 1882
Amaranto Martínez de Escobar y Luján 1835-1912
Agustín Millares Torres 1835 – 1912
Ignacio Pérez Galdós 1835 – 1905
Gregorio Chil y Naranjo 1831 – 1901
Pedro Bravo de Laguna y Joven 1832 – 1896
Miguel de Rosa y Báez 1835 – 1887
Juan de León y Castillo 1834 – 1912
Salvador Cuyás y Prat. (Cataluña) 1838 – 1913
Julián Cirilo Moreno y Ramos 1841 – 1916
Benito Pérez Galdós 1843 – 1920
Víctor Grau Bassas 1846 – 1917
Felipe Massieu Falcón
Diego Mesa de León 1837 – 1915
Fernando León y Castillo 1842 – 1918
Luis Antúnez Monzón 1845 – 1915
Fernando Inglott Navarro 1847 – 1924
Ambrosio Hurtado de Mendoza 1850 – 1922
________________________________________________ 1850 – 1875
Vicente Llorente y Matos. 1857 – 1916
Francisco Gourie Marrero 1857 – 1938
Juan Alvarado del Saz 1856 – 1935
Juan de Quesada y Déniz 1857- 1919
Eusebio Navarro y Ruiz 1859 – 1906
Andrés Navarro Torrent 1853 – 1926
Juan E. Ramírez Doreste 1861 – 1932
Antonio Artiles Ortega 1858 – 1916
Vicente Ruano y Urquia 1852 – 1924
Luis Millares Cubas 1861 – 1926
Agustín Millares Cubas 1863 – 1935
Prudencio Morales y Martínez de Escobar 1867 – 1921
Rafael Ramírez Doreste 1868 – 1927
Bernardo de la Torre Comminges 1870 – 1929
Francisco Gourie Marrero 1857 – 1931
José Franchy y Roca 1871 -1944
Domingo Doreste Rguez “Fray Lesco” 1868 – 1940
Alejandro Hidalgo y Romero 1851 – 1930
Bartolomé Apolinario y Macías 1856 –1929
Federico León García 1860 – 1928
Emilio Ley Arata 1868 – 1950
_________________________________________________ 1875 – 1900
Leopoldo Matos Massieu 1878 – 1936
Nicolás M Wenceslao Benítez Inglott 1879 – 1955
Nicolás Massieu Matos 1876 1953
Rafael Mesa y López 1885 – 1924
Tomas Morales Castellano 1885 – 1921
José Mesa y López 1877 – 1951
Felipe de la Nuez Aguilar 1878 – 1950
Néstor Martín Fdez de la Torre 1887 – 1938
Juan Negrín López 1892 – 1956
Tomás Quevedo Ramírez 1894 – 1935
Matías Vega Guerra 1905 – 1989